Antecedentes:
Trump acaba de imponer a India tarifas del 50 por ciento si continúa comprándole petróleo barato a Rusia. Con esta medida, busca presionar a Modi para que reduzca su dependencia energética de Moscú y, de ese modo, aumentar la presión internacional sobre Putin para que frene la guerra en Ucrania. Modi, sin embargo, se resiste: India se ahorra aproximadamente mil millones de dólares mensuales comprando crudo ruso con descuento. Esta guerra de tarifas ya no es solo económica; comienza a tener dimensiones políticas profundas y podría reconfigurar las alianzas estratégicas globales de largo plazo.
Actualmente, India es el país más poblado del mundo. Ya cuenta con unos 1.100 millones de habitantes y, según estimaciones demográficas, podría alcanzar los 1.500 millones hacia finales de siglo. En los últimos años, su economía creció en promedio un 6% anual, posicionándose como una de las economías de más rápido crecimiento global. Sin embargo, su PBI per cápita sigue siendo bajo: apenas 2.800 dólares por año, frente a los 13.000 de China o los 85.000 de Estados Unidos. A diferencia de estos países, India aún conserva una ventaja estratégica: su población es joven. Más de la mitad de los indios tiene menos de 30 años, lo que significa que podría sostener tasas de crecimiento elevadas por varias décadas antes de enfrentar los desafíos del envejecimiento demográfico que ya afectan a otras grandes potencias. No obstante, la economía india sigue siendo altamente regulada y relativamente cerrada. Heredera de una lógica económica estatista desde la Guerra Fría, India aún no ha resuelto un debate profundo sobre su rol internacional, un dilema que podría definir su futuro económico y de seguridad: continuar por el camino de la multipolaridad y la autonomía estratégica, manteniendo una red de alianzas con distintas potencias, o avanzar hacia un alineamiento más claro con Occidente y en particular, Estados Unidos. La amenaza de Trump pone a prueba este debate estratégico.
En esta columna haremos algo diferente en la sección de predicciones: plantearemos qué podría ocurrir dependiendo del rumbo que elijan los actuales y futuros líderes indios, y finalmente diremos cual pensamos que es la más probable.
Mitos Comunes:
- India puede mantener su alto crecimiento económico sin abrir más su economía
India aprovecha su abundante mano de obra rural para urbanizarse e industrializarse. Y aunque ya tiene industrias competitivas —como tecnología, farmacéutica y acero—, eso no bastará para sostener el crecimiento a largo plazo. Para seguir avanzando, deberá abrir más su economía, atraer mayor inversión extranjera y modernizar su infraestructura. Como muestra el caso de China, el verdadero salto llegó cuando abrió sus mercados al capital global.
Mis Predicciones:
- Opción 1: Qué pasará si India elige un alineamiento más estratégico con Estados Unidos y Occidente. En un mundo caracterizado por la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, India y Estados Unidos comparten intereses estratégicos tanto en el ámbito de la seguridad como en el económico. Con el tiempo, Estados Unidos podría trasladar buena parte de sus cadenas de producción globales, hoy concentradas en China, hacia la India. Un ejemplo concreto es el caso de Apple, que ya comenzó a ensamblar iPhones en territorio indio. India también se beneficiaría de la inversión estadounidense que necesita para seguir financiando su modernización. Esto le permitiría mantener altas tasas de crecimiento como las actuales durante varias décadas. India sería relativamente más rica antes de envejecer. En términos de seguridad, Estados Unidos necesita a India para contener a China en Asia. A su vez, India fortalecería su capacidad disuasiva frente a cualquier aventura militar china en su frontera sur. También reforzaría su supremacía militar frente a Pakistán, su enemigo histórico y existencial.
- Opción 2: Qué pasará si India continúa eligiendo la multipolaridad y su autonomía estratégica. En este escenario, las tasas de crecimiento tenderán a estancarse. Aunque su economía seguiría creciendo en términos absolutos, el PBI per cápita seguiría siendo relativamente bajo. India sería vieja antes de ser rica, sin haber capitalizado el enorme potencial de su actual juventud. La autonomía estratégica limitaría la posibilidad de aprovechar los beneficios económicos de una relación especial con Estados Unidos y Occidente. No obstante, esta autonomía estratégica le permitiría a India convertirse en un bróker ideal en los conflictos internacionales, ganando prestigio político y visibilidad global.
- Conclusión: La opción 2 es la más probable. Esta visión de una “India potencia” e independiente está más alineada con el nuevo nacionalismo indio, que pone en el centro de su estrategia internacional la grandiosidad de su cultura milenaria. Si Modi prefiere sostener su autonomía, aún a costa de pagar un precio económico y diplomático, será difícil imaginar una integración plena con Occidente en el largo plazo. Como ocurre con frecuencia, los líderes políticos populistas tienden a priorizar los beneficios ideológicos de la Nación por sobre los beneficios materiales para sus ciudadanos.