Antecedentes:
Todos nos preguntamos quién salió ganando y perdiendo en el espectáculo mediático entre Trump y Zelensky la semana pasada. Más allá de la falta de tacto político de Zelensky al negociar en público con Trump, y la actitud prepotente de Trump y Vance hacia un líder de un país aliado que lucha contra la agresión rusa, ¿qué busca cada uno y qué están dispuestos a sacrificar?
Zelensky pelea una guerra existencial. Sabe que, si los rusos conquistan su país, serán un pueblo subyugado. No tiene que imaginarlo: los abuelos de los soldados en el frente sufrieron las hambrunas impuestas por Stalin hace 75 años. Entre tres y cinco millones de ucranianos murieron. Zelensky busca una paz con garantías mínimas de seguridad. Sabe que no puede aspirar a ser parte de la OTAN, pero necesita armamento e, idealmente, tropas europeas en su país para que Putin no utilice los territorios ya conquistados para relanzar una nueva ofensiva en los próximos años.
Trump desea una paz a cualquier precio. No cree que tenga que exigirle nada a Putin. Confía en que Putin se comportará honorablemente mientras él sea presidente. Según su lógica, un hombre de poder respeta a otro hombre de poder. Si los europeos se sienten amenazados, es su responsabilidad invertir en su seguridad. La paz para Trump es importante: así puede concentrarse en obtener mejores condiciones comerciales a través de tarifas – sin distinción entre aliados y rivales – para hacer que Estados Unidos sea más rico. También le permitiría enfocarse en la competencia con China. Desde su perspectiva, sin paz no hay buenos negocios en el mundo.
Trump posee una gran ventaja en esta negociación. Estados Unidos provee a Ucrania armamento clave para la defensa de sus ciudades – sistemas de misiles Patriot –, munición de artillería para sostener el frente y, sobre todo, inteligencia satelital para identificar los mejores objetivos rusos.
Pero Zelensky también tiene poder desde su aparente debilidad. Los ucranianos pueden seguir luchando por mucho tiempo con apoyo adicional militar y económico de Europa. Ucrania ya produce el 50% de las armas que consume. Históricamente, los países que pelean una guerra existencial poseen la motivación de su lado. Si los ucranianos continúan resistiendo sin el respaldo de Trump, este lo vivirá como un fracaso político.
Los europeos, por su parte, se reúnen por enésima vez enfatizando su compromiso con la defensa de Ucrania. Pero necesitan hacer más. A través de la OTAN o mediante la formación de una nueva fuerza unificada europea, deben aumentar su gasto en defensa y comprometerse a enviar tropas en caso de un armisticio.
Mitos comunes:
- Zelensky comenzó la guerra. No es cierto. Rusia invadió Ucrania en 2022 con el objetivo principal de conquistar Kiev e instalar un gobierno prorruso. Sin embargo, la estrategia militar inicial de Rusia fracasó, lo que llevó a una redefinición de sus objetivos hacia la toma de los territorios ruso-parlantes en el este.
- Zelensky es un dictador. Si bien es cierto que no ha habido elecciones presidenciales en Ucrania en los últimos cinco años, la Constitución establece claramente que, mientras el país se encuentre en guerra, no se pueden organizar elecciones para evitar que sean fácilmente manipuladas por el Estado agresor.
- Rusia invadió porque Ucrania iba a ser parte de la OTAN. Aunque Ucrania ha manifestado su deseo de ingresar a la OTAN desde la anexión de Crimea en 2014, ni los europeos ni Estados Unidos han ofrecido formalmente su incorporación. El motivo principal era evitar que Putin percibiera la medida como una amenaza directa.
Mis Predicciones:
- Se logrará un cese al fuego, pero será precario. Ninguna de las partes alcanzará sus objetivos máximos. Las garantías de seguridad, especialmente las de Europa, serán insuficientes para disuadir a Rusia de lanzar nuevos ataques. Esto obligará a los europeos a replantearse seriamente su liderazgo en materia de defensa, aunque sus esfuerzos seguirán siendo insuficientes. Finalmente, Trump conseguirá la paz, pero no la que él desea. Será una paz frágil. Y la paz a cualquier precio es una receta segura para una nueva guerra en el futuro cercano.
- Putin ganará en el corto plazo. Con una paz precaria, garantías de seguridad débiles por parte de Europa y sin compromisos de Estados Unidos, Putin solo tendrá que esperar cuatro años para otra gran confrontación militar cuando Trump ya no esté en el poder. Mientras tanto, continuará interfiriendo en las instituciones democráticas europeas, dividiendo alianzas y cooptando a líderes autoritarios como Orbán. Pero, sobre todo, su economía se apoyará cada vez más en el complejo militar-industrial que se ha consolidado con esta guerra. Esa maquinaria de guerra necesitará nuevos conflictos que la alimenten, ya que ahora es una parte fundamental del sistema de poder de Putin.