Antecedentes:
Esta semana, Trump desplegó una flota naval con el objetivo declarado de frenar el tráfico de drogas provenientes de Venezuela. Tres destructores ya se dirigen hacia las costas venezolanas con la misión de interceptar botes que transporten fentanilo y cocaína hacia Estados Unidos. Además, otros buques transportan más de 4.000 marines, cuya única utilidad sería para efectuar una eventual invasión terrestre. Se desconoce cuántos submarinos ya se encuentran operando en la región.
Aunque esta flota tiene la capacidad para realizar este bloqueo marítimo, esta tarea encajaría mejor con la guardia costera que con la armada. La decisión de una operación militar tiene más una dimensión política que estratégica: Maduro es considerado en Washington un presidente ilegítimo y el jefe político del llamado “Cartel de los Soles”. La motivación central de Trump es interna: su lucha contra el fentanilo ha captado el apoyo de amplios sectores del electorado americano. Cabe destacar que Venezuela no representa una amenaza real a la seguridad nacional americana más allá de ser una plataforma para transportar drogas: su petróleo pesado ha perdido relevancia para las refinerías estadounidenses, y la inmigración venezolana hacia Estados Unidos se ha reducido significativamente en los últimos tiempos.
Mitos Comunes:
- La fuerza militar puede derrotar a los carteles. Desde los años 80, Estados Unidos ha creado múltiples agencias y programas para combatir el narcotráfico, convirtiendo esta lucha en una guerra sin fin. Cada vez que un cartel es debilitado o cae un líder, rápidamente surgen nuevos grupos dispuestos a tomar el control de un negocio multimillonario. Mientras la demanda continúe y las drogas sigan siendo ilegales, será imposible declarar una victoria definitiva. Aunque las fuerzas armadas estadounidenses tienen la capacidad para destruir centros de producción y enfrentar ejércitos irregulares, eventualmente enfrentarán los mismos desafíos que han enfrentado las agencias civiles: el narcotráfico se adapta, muta, y encuentra nuevos caminos para abastecer a un mercado con una demanda insatisfecha.
Mis Predicciones:
- Trump utilizará la fuerza militar contra infraestructuras del narcotráfico dentro de territorio venezolano. Trump ordenará una operación militar limitada para destruir centros logísticos del narcotráfico vinculados al régimen de Maduro. Será una acción breve, con bajo riesgo para tropas estadounidenses y relativamente simple desde el punto de vista operativo. Probablemente con misiles de crucero de alta precisión. A nivel internacional, una violación de la soberanía venezolana no generaría grandes repercusiones, dada la ilegitimidad del régimen y su vinculación con el crimen organizado. El reciente ataque a Irán demuestra que este tipo de operaciones fulminantes tienen apoyo interno e incluso externo. Trump volverá a posicionarse como un líder fuerte, que actúa con decisión, pero solo cuando el riesgo de escalamiento o guerra prolongada es mínimo. Más cuando sus esfuerzos para para la guerra en Ucrania no están dando resultados tan rápido.
- Pero no invadirá Venezuela para remover a Maduro. Venezuela en 2025 no es Panamá en 1989. Un cambio de régimen mediante invasión terrestre implicaría un compromiso militar, político y económico de largo plazo que Trump no está dispuesto a asumir. No quiere arriesgar vidas estadounidenses ni verse obligado a sostener a un nuevo gobierno débil o fragmentado. A diferencia del caso panameño, donde estaba en juego el Canal y había presencia militar estadounidense, aquí no hay activos estratégicos ni condiciones logísticas comparables.
- Apoyará a fuerzas internas dispuestas a desafiar al régimen. Trump seguirá brindando apoyo logístico e inteligencia a disidentes. Ya lo hizo, por ejemplo, colaborando con el escape de figuras opositoras desde la embajada argentina. Si sectores de la oposición logran articularse y recibir respaldo de alguna facción de las Fuerzas Armadas, podrían intentar un golpe interno. Trump impulsará esta vía indirecta, sin comprometer fuerzas en el terreno, pero facilitando el escenario para un eventual cambio desde adentro.
- Rusia no desplegará misiles hipersónicos en Venezuela. Aunque circulan rumores sobre el posible despliegue de armas rusas cerca de EE. UU., Moscú, o incluso Beijing, no asumirían ese riesgo. La crisis de los misiles en Cuba (1962) dejó claro que Estados Unidos está dispuesto a llegar al extremo para evitar amenazas en su vecindario. Nadie quiere reeditar un conflicto nuclear. Además, Rusia actualmente no tiene ni la capacidad logística ni el interés en escalar directamente con Washington desde el Caribe cuando necesita a Trump para sellar una paz lo más beneficiosa posible en Ucrania.