Geopolítica Simplificada

60. Los Drones y el Futuro de Guerra

Antecedentes:

Antes de la invasión rusa a Ucrania, ningún estratega militar anticipó el papel protagónico que los drones tendrían en el campo de batalla. Hoy, la línea de contacto terrestre entre tropas ucranianas y rusas está saturada de drones de todo tipo: algunos monitorean el terreno, otros esperan al costado de las rutas para interceptar blindados, muchos lanzan granadas desde el aire sobre trincheras enemigas, otros se enfrentan entre sí en combates aéreos, y varios recorren miles de kilómetros para atacar infraestructura crítica. Ucrania produce más de 100.000 drones por mes, operados por unidades especializadas, muchas de ellas integradas por jóvenes que aprendieron a pilotarlos jugando videojuegos en casa. Además, el país incorporó drones navales que fueron clave para expulsar a la flota rusa del Mar Negro, y ahora utiliza drones terrestres para llevar provisiones, evacuar heridos y asediar posiciones enemigas. Rusia, por su parte, emplea drones de largo alcance para hostigar ciudades ucranianas y saturar sus defensas antiaéreas.

Mitos Comunes:

  • Los drones han vuelto obsoletos a los tanques y a la infantería mecanizada. Desde la Segunda Guerra Mundial, la doctrina militar tradicional establecía que primero avanzaban los tanques y luego la infantería. Sin embargo, los drones transformaron esa lógica en cuestión de meses. Hoy, a varios kilómetros a cada lado de la línea de contacto entre ambos ejércitos, solo se despliegan pequeños escuadrones de entre 10 y 15 soldados que se movilizan con rapidez y en grupos reducidos para tomar posiciones. Una vez asentados, asedian al enemigo —generalmente con drones—, emiten señales para bloquear drones hostiles y buscan detectar y eliminar a los equipos enemigos que los operan. Solo después de avanzar unos kilómetros, los tanques y vehículos blindados transportan refuerzos al frente. La nueva doctrina pone a los grupos pequeños —muchos armados con drones— como punta de lanza para abrir el camino a la infantería tradicional.

Mis Predicciones:

  • La velocidad es más importante que el blindaje. Al inicio de la guerra, los primeros drones ucranianos resultaron muy efectivos, hasta que los rusos comenzaron a instalar equipos de interferencia en sus vehículos para bloquear las señales. Luego, ambos bandos comenzaron a copiarse mutuamente en una carrera constante de innovación. Los ucranianos respondieron desarrollando drones conectados por fibra óptica a través de un hilo similar al de una caña de pescar, lo que impedía que fueran bloqueados electrónicamente. Hoy, el campo de batalla está lleno de estas líneas casi invisibles, pero cada nueva tecnología trae sus propias vulnerabilidades: estas fibras pueden ser rastreadas fácilmente hasta su punto de origen. A su vez, los rusos construyeron redes físicas sobre rutas enteras para impedir el paso de drones, aunque los ucranianos contrarrestaron enviando varios drones juntos: unos para destruir las redes y otros para atacar los vehículos. En definitiva, la clave hoy no es tener más blindaje, sino moverse con rapidez y no ser detectado. Por eso, los rusos han comenzado a avanzar en el frente utilizando motos o cuatriciclos, más difíciles de interceptar que vehículos pesados.
  • Cada potencia desarrollará su propia industria local de drones. Hoy, los mejores drones del mundo los fabrica Ucrania. Son líderes en innovación, tanto en la incorporación de nuevos elementos —como explosivos, fibra óptica o inteligencia artificial— como en las tácticas de combate. Por ejemplo, han comenzado a usar drones en emboscadas al costado de las rutas, esperando que pasen blindados, o simulando que están averiados para atraer a los rusos y luego detonarlos cuando se acercan a estudiarlos. Sin embargo, muchos de sus componentes aún provienen de Europa, Estados Unidos o China. Lo mismo sucede con Rusia, que depende en gran medida de componentes chinos y drones iraníes. Las grandes potencias están observando y aprendiendo de este conflicto, y todas comprenden que no pueden depender de proveedores extranjeros en una guerra futura. Cada una comenzará a desarrollar su propia industria nacional, no solo para fabricar drones sofisticados y costosos, sino también drones desechables, baratos y en gran cantidad, que han demostrado ser igual o incluso más efectivos en el campo de batalla moderno.

Los drones serán la punta de lanza en la robotización de la guerra. El ciclo de innovación vinculado a los drones seguirá evolucionando más allá del conflicto en Ucrania. Estados Unidos ya está desarrollando el proyecto Replicator, un programa basado en enjambres de drones aéreos y navales, diseñado para contener a China ante una posible invasión de Taiwán. Sin duda, el Pentágono está ajustando continuamente este proyecto a medida que la guerra en Ucrania revela nuevas tácticas y tecnologías más eficaces. En el futuro, la inteligencia artificial también se integrará a las flotas de drones, otorgándoles mayor autonomía operativa. Por otro lado, China necesitará desarrollar su propia red de satélites de baja orbita equivalente a SpaceX, indispensable para operar drones navales a larga distancia. Los drones llegaron para quedarse en las guerras del futuro.

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