Geopolítica Simplificada

54. Drones y la Guerra Asimétrica

Antecedentes:

El domingo pasado, Ucrania llevó a cabo una de las operaciones asimétricas más impactantes de la historia militar reciente. Con poco más de un centenar de drones de fabricación doméstica —que habrán costado apenas unos miles de dólares cada uno— logró destruir bombarderos estratégicos rusos y aviones equipados con radares de alerta temprana, cuyo valor individual asciende a varios cientos de millones. Muchos de estos aviones ya no se producen y podrían tardar décadas en ser reemplazados. Se estima que fueron destruidos alrededor de 40 aeronaves, lo que representa un tercio de la flota rusa de bombarderos estratégicos capaces de transportar armas nucleares a largas distancias.

El ataque tuvo múltiples objetivos. Primero, de carácter militar: estos bombarderos eran utilizados como plataformas de lanzamiento de misiles de crucero contra ciudades ucranianas, disparándolos desde territorio ruso sin ingresar al espacio aéreo enemigo. Segundo, generar disrupción interna en Rusia: tras el ataque, las autoridades rusas comenzaron a inspeccionar masivamente todos los camiones con contenedores, generando un caos logístico. Tercero, enviar una señal clara en el frente diplomático: Ucrania intenta negociar desde una posición más firme, demostrando que puede compensar su debilidad en la guerra convencional con capacidad de infligir daño a miles de kilómetros del frente.

Pero quizás el objetivo más relevante, aunque más sutil, fue volver a involucrar a Estados Unidos en las negociaciones. La destrucción de un tercio de la flota estratégica rusa puede alterar la paridad nuclear entre ambas superpotencias militares. Este nuevo desequilibrio podría generar reacciones impredecibles de Moscú para restaurar la disuasión, y por eso Kiev busca reactivar el compromiso de Washington en las negociaciones de paz.

Mitos Comunes:

  • Estados Unidos o la CIA apoyó esta operación. Aunque la operación parece sacada de una película, no hay evidencia que indique que los servicios de inteligencia ucranianos contaron con ayuda extranjera. Las ubicaciones de las bases atacadas son bien conocidas, Ucrania mantiene una red de agentes operando en territorio ruso, y la tecnología utilizada ya se había empleado en el frente de batalla. Incluso se sabe que usaron modelos de estos aviones exhibidos en museos rusos para estudiar sus puntos débiles y maximizar el daño con precisión quirúrgica. Por otra parte, Ucrania realizó al día siguiente otro ataque asimétrico, posiblemente con la asistencia de drones navales de fabricación doméstica, contra el puente que une Crimea con Rusia.

Mis predicciones:

  • Rusia responderá en los próximos días con un ataque extraordinario, pero no nuclear. Es probable que utilicen misiles hipersónicos o de crucero con capacidad para portar ojivas nucleares (aunque sin armamento real). Putin necesita reafirmar su liderazgo interno mostrando que conserva la iniciativa, y al mismo tiempo enviar un mensaje intimidante al mundo. Sin embargo, el uso de armas nucleares cruzaría una línea roja que generaría una respuesta occidental contundente y provocaría el repudio inmediato de China e India, sus principales socios comerciales.
  • Ucrania seguirá ejecutando ataques asimétricos, aunque no definirán el curso de la guerra convencional. Estos ataques buscan sostener la moral de la población y sus tropas, además de minar el apoyo ruso a la guerra. Aunque exitosos, no detienen el avance gradual de las fuerzas rusas en el frente. Podrían dificultar la logística y obligar a redirigir recursos para proteger infraestructura militar clave, pero el destino de la guerra se sigue decidiendo con el avance de tropas regulares. Rusia, por ahora, mantiene mayor capacidad de movilización y reemplazo de tropas, lo que le permite avanzar lentamente pese a la enorme cantidad de pérdidas humanas y de equipo militar.
  • Ucrania continuará mostrando al mundo sus ataques asimétricos en tiempo real. Difundir en las plataformas sociales cómo se planean y ejecutan estos ataques se ha vuelto una herramienta central de su estrategia. Estas imágenes refuerzan la moral del bando ucraniano, evidencian la creatividad frente a la superioridad militar rusa, y debilitan la imagen de invulnerabilidad de Putin. En una guerra moderna, dominar la narrativa pública es casi tan importante como conquistar territorio. Y en un régimen autoritario como el ruso, el liderazgo depende en gran parte del control de esa narrativa.

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