Geopolítica Simplificada

37. La Teoria del “Madman”

Antecedentes:

¿Está usando Trump la teoría del “Madman”? La teoría del “Madman” (teoría del loco) se refiere a una estrategia de política exterior que Richard Nixon adoptó durante su presidencia, particularmente en relación con el conflicto en Vietnam y las relaciones con la Unión Soviética. Este enfoque consistía en proyectar una imagen de imprevisibilidad y disposición a tomar medidas extremas, incluso irracionales, como la amenaza de utilizar bombas nucleares, para presionar a los adversarios a negociar ante las demandas estadounidenses. En Vietnam, esta estrategia se tradujo en la escalada de bombardeos, diseñada para dar la impresión de que Nixon no tenía límites en su determinación de alcanzar una paz favorable. Sin embargo, no tuvo los resultados esperados: Saigón cayó tras varios años de combate, dejando miles de bajas estadounidenses y millones de civiles muertos y desplazados.

El estilo negociador de Trump podría encuadrarse en la teoría del “Madman”. Trump tiende a negociar desde una postura de fuerza, planteando demandas máximas en la mesa y, si estas no se cumplen, imponiendo penas igualmente máximas. Sin embargo, la historia muestra que este estilo de negociación puede ser efectivo en algunas situaciones, pero ineficaz en otras. Mucho depende de quién esté del otro lado de la negociación, cuáles sean sus expectativas y, sobre todo, si tiene una lectura correcta de lo que Trump está dispuesto a perder si no se alcanza un acuerdo.

Mitos comunes:

  • El Madman es impredecible. Aunque la imprevisibilidad es una de las fortalezas del “madman” en una negociación, la historia nos muestra que, con el tiempo, los “madmen” suelen volverse predecibles. Esto ocurrió con el premier soviético Nikita Khrushchev durante la crisis de los misiles cubanos, cuando cedió ante las presiones estadounidenses y retiró los misiles de Cuba. Asimismo, Trump sufrió las consecuencias de su propia previsibilidad durante su primer mandato, especialmente en las negociaciones con Corea del Norte. A pesar de sus constantes amenazas a Kim Jong Un, ambos líderes terminaron reuniéndose en varias ocasiones, sin que Corea del Norte detuviera su programa nuclear.

Mis predicciones:

  • Los países pequeños deben tomarse más en serio al “Madman”. Panamá, Colombia y Dinamarca han caído recientemente en esta categoría. Por un lado, Panamá, en relación con el canal, y Dinamarca, respecto a Groenlandia, evitaron la confrontación directa con Trump. Ambos países buscaron una respuesta diplomática y adoptaron un lenguaje conciliador, mostrando disposición a abordar las preocupaciones geopolíticas de Trump y reafirmando su alianza con Estados Unidos. En contraste, el presidente colombiano Petro adoptó una postura desafiante frente al tema de la deportación de criminales colombianos, intentando utilizar políticamente el incidente. En cuestión de horas, Trump escaló sus amenazas comerciales y diplomáticas, dejando a Petro sin más opción que aceptar la derrota. Aunque Estados Unidos podría enfrentar precios más altos en café y flores, Colombia tenía mucho más que perder: el 30% de sus exportaciones dependen del mercado estadounidense.
  • Los países poderosos como Rusia y China pueden darse el lujo de negociar con el “Madman”. La situación es distinta con potencias como Rusia o China. Trump ha anunciado en su campaña que pondrá fin a la guerra en Ucrania en los primeros días de su presidencia. Ya ha amenazado a Putin con imponer tarifas a la economía rusa, aunque su impacto sería casi nulo debido al comercio bilateral insignificante entre ambos países. Si Trump realmente quiere sentarse a negociar con Putin, deberá incrementar significativamente la ayuda militar a Ucrania para modificar el cálculo militar del líder ruso. Con China sucede algo similar. Las tarifas indiscriminadas de Trump contra la economía china probablemente generarían represalias similares por parte de Xi Jinping. Aunque China sentiría con mayor intensidad el impacto económico, Estados Unidos también se vería afectado. Estas tarifas serían inflacionarias y perjudicarían a muchos estados republicanos dependientes de la agricultura que han apoyado a Trump.
  • Los límites al “Madman” en una democracia los ponen los votantes. Así como Nixon no pudo continuar la guerra en Vietnam debido a la constante pérdida de soldados estadounidenses, Trump tampoco podrá implementar una política exterior que aliena a sus votantes y base de apoyo. Si impone tarifas indiscriminadas a aliados y rivales por igual, el consumidor estadounidense se verá afectado negativamente. Del mismo modo, si decide deportar a millones de inmigrantes, las consecuencias económicas podrían ser severas. Estas políticas podrían generar una nueva ola de inflación en Estados Unidos, el mismo problema que contribuyó a la derrota de su oponente y que, en última instancia, llevó a su victoria en las elecciones.
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