Geopolítica Simplificada

26. El Mundo según Putin

Antecedentes:

Cuando colapsó la Unión Soviética en 1991, Vladimir Putin trabajaba para la KGB en Alemania del Este. Como muchos agentes de esa época, buscó reconstruir su carrera en el contexto del post aparato soviético, encontrando un lugar como asesor del intendente de San Petersburgo. Desde allí, comenzó a forjar su poder, mudándose a Moscú y acercándose al círculo de Boris Yeltsin. Con un perfil de funcionario eficiente y modernizador, en 1999 Yeltsin lo designó su sucesor en la presidencia.

En sus primeros años como presidente, Putin estabilizó y modernizó la economía rusa, que había quedado devastada tras el caos posterior a la caída de la Unión Soviética. Este acercamiento a Occidente generó esperanzas de que Putin pudiera transformar a Rusia en un país plenamente integrado al mundo occidental.

Sin embargo, Putin siempre consideró que la mayor tragedia geopolítica de Rusia fue la disolución de la Unión Soviética, que representó la pérdida del 23% de su territorio y del 50% de su población. Una vez consolidado su control político y económico, incluyendo la subordinación de los empresarios oligarcas, Putin inició su proyecto de restaurar a Rusia como un imperio con influencia global. Este objetivo quedó reflejado en sus acciones militares: la invasión de Georgia en 2008, la anexión de Crimea en 2014 y la invasión de Ucrania en 2022.

Mitos Comunes:

Estados Unidos es responsable por la invasión de Ucrania: Algunos especialistas argumentan que el avance de la OTAN tras la caída de la Unión Soviética obligó a Putin a invadir Ucrania para evitar su incorporación a la alianza. Sin embargo, esta narrativa es engañosa. Después de la disolución soviética, Estados Unidos proporcionó más de 50,000 millones de dólares para ayudar a reconstruir la economía rusa y desarmar una parte significativa de su arsenal nuclear, ofreciendo además garantías de seguridad a Moscú. El expansionismo ruso no es un fenómeno reciente ni está exclusivamente relacionado con la OTAN o Estados Unidos. Desde la época de los zares, el imperialismo ruso ha sido una constante para asegurar su seguridad geopolítica, debido a la ausencia de barreras naturales como montañas u océanos en sus fronteras occidentales. La vasta estepa euroasiática ha sido históricamente una ruta de invasión para ejércitos como los de Napoleón y Hitler, que avanzaron hacia Moscú desde Europa.

Mis Predicciones:

Militarización de la economía rusa: actualmente, producto de la invasión a Ucrania, la industria militar rusa representa más del 6% de su PBI (en comparación con el 3.2% de Estados Unidos y menos del 2% en promedio en Europa), estimulando la economía en el corto plazo. Sin embargo, a largo plazo el alto gasto militar debilita el crecimiento del sector privado, genera austeridad en la población y beneficia únicamente a una élite de empresarios oligarcas leales al Kremlin. Esta matriz económica, dependiente de las exportaciones de petróleo y materias primas, sostiene al complejo industrial militar. Desmantelarla implicaría recesión y fracturas en el apoyo popular al régimen. Una economía basada en la fuerza militar siempre estará más cerca de la guerra con sus vecinos.

Desconfianza hacia China: Aunque Rusia y China parezcan aliados estratégicos, la relación está marcada por la desconfianza. Rusia, culturalmente europea pero no occidental, busca mantener vínculos con Europa, mientras que China tiene su propia visión y ambiciones globales que no dependen de Rusia.

Confrontación con Europa y Estados Unidos: Putin continuará fomentando divisiones en Europa ofreciendo energía barata a países como Alemania y Hungría, generando tensiones con otros como Polonia, Suecia y Finlandia que limitan con Rusia. Además, los servicios secretos rusos intensificarán tácticas asimétricas, incluyendo ciberataques y campañas de desinformación dirigidas a Estados Unidos, alentando divisiones internas en redes sociales, universidades y otros ámbitos clave.

Recuperar el imperio de los zares: Las ambiciones de Putin exceden las capacidades actuales de Rusia. Su economía se reduce en términos relativos y el desarrollo tecnológico se estanca. También Rusia enfrenta una crisis demográfica con una baja tasa de natalidad, emigración de jóvenes y pérdidas humanas derivadas de los conflictos bélicos. Para Putin la única vía para recuperar territorio y población será a través de anexiones o guerras. Sin un plan claro sucesorio, el mundo estará expectante si el sucesor de Putin compartirá su visión.

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