Geopolítica Simplificada

17. Trump vs Harris (en Política Exterior)

Antecedentes:

A lo largo de las décadas, administraciones demócratas y republicanas se han alternado en el poder en Estados Unidos, manteniendo cierta continuidad en los lineamientos de la política exterior.  Una vez establecidos estos parámetros, tienden a persistir a través de varios gobiernos, independientemente del partido en el poder. Por ejemplo, la “guerra contra el terrorismo” empezó con George W. Bush (republicano) y se extendió durante la presidencia de Obama (demócrata). Aunque cada gobierno imprime su propio estilo y enfoque, los grandes lineamientos estratégicos muestran una notable consistencia, moldeados por consensos dentro de las comunidades de seguridad e inteligencia, integradas por políticos de ambos partidos, militares, diplomáticos, funcionarios de carrera y académicos.

Mitos comunes y su refutación:

  • La política exterior como factor decisivo en las elecciones: Comúnmente se cree que la política exterior es un componente crucial en la decisión de los votantes estadounidenses durante las elecciones presidenciales. Sin embargo, históricamente, los factores domésticos tienen un peso mayor en las urnas. Principalmente la performance de la economía, y en esta elección en particular, la inmigración, el aborto y la salud de la democracia. La política exterior tiende a ganar relevancia principalmente en contextos de guerra o cuando hay amenazas significativas a la seguridad nacional, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial bajo la presidencia de Roosevelt o tras el ataque a las torres gemelas, que influyó en la reelección de George W. Bush.

Mis Predicciones:

Estos son los temas más importantes de política exterior donde el próximo presidente deberá definir su enfoque:

Rusia y Ucrania: Trump podría buscar finalizar rápidamente el conflicto en Ucrania negociando directamente con Putin, potencialmente concediendo ganancias territoriales a Rusia y ofreciendo garantías sobre la no expansión de la OTAN. Esto podría acelerar el fin del conflicto a costa de debilitar la alianza atlántica y comprometer la posición de Ucrania. Por otro lado, Harris probablemente seguiría fortaleciendo militarmente a Ucrania, continuando la política de Biden, para prevenir avances rusos adicionales y forzar un armisticio. Aunque esto podría prolongar el conflicto, también fortalecería la OTAN.

Israel e Irán: Trump adoptaría una postura más dura y asertiva hacia Irán y sus proxies, marcando un cambio drástico respecto a la política de contención de Biden, que Harris probablemente mantendría. Trump mostraría un apoyo más incondicional a Israel, mientras que Harris seguiría ratificando la alianza estratégica con Israel desde 1948, pero aumentando la presión a Netanyahu por des escalar el conflicto.

China: Biden ha intensificado la política de contención y competencia con China iniciada por Trump, alejándose de la “ambigüedad estratégica” previa respecto a la defensa de Taiwán en caso de una invasión china. Harris continuaría esta línea, mientras que Trump probablemente aumentaría la presión mediante tarifas adicionales a los productos importados chinos y una presencia militar reforzada en el Pacífico. Esta política podría elevar significativamente las tensiones globales.

Latinoamérica: Trump sería mucho más amigable con los gobiernos de derecha, especialmente con Argentina donde tiene una relación personal con Milei. Esto podría traducirse en un apoyo más directo a través de los organismos internacionales de crédito. Asimismo, podría antagonizar políticamente con los gobiernos de izquierda de Brasil, Colombia y México, especialmente si estos muestran afinidad hacia China o Rusia, lo que podría llevar a Trump a imponer sanciones comerciales. También Trump lideraría una postura más dura contra el régimen de Maduro, posiblemente buscando unificar aún más a la región en esta causa. Por otra parte, contrastando con Trump, Harris buscaría políticas más amigables y cooperativas, intentando construir consenso para buscar la salida de Maduro y evitar la expansión económica de China en la región.

Estilos Presidenciales: El estilo personal también influye en la política exterior. Trump, conocido por su estilo disruptivo, podría utilizar su auto-proclamada habilidad negociadora excepcional para presionar a la OTAN y otros aliados a incrementar sus contribuciones financieras a la seguridad colectiva. Sin embargo, esta metodología podría resultar en una menor previsibilidad que erosione la confianza de los aliados tradicionales en el liderazgo americano. En respuesta, Europa Occidental, Corea del Sur y Japón podrían comenzar a desarrollar estrategias de defensa que sean más independientes de los Estados Unidos, estableciendo una nueva dinámica en la seguridad global que no se ha observado desde la Segunda Guerra Mundial.

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